La previa indicaba que no sería un choque fácil. Una final frente al clásico rival, entre los dos mejores equipos del mundo. Dos conjuntos que se medirían y que jugarían a no cometer errores, a ser efectivos y que intentarían no arriesgar en forma innecesaria. Y así fue el encuentro a grandes rasgos. Aunque Holanda fue superior y se quedó con la final, derrotando a Las Leonas por 2 a 0.
Las holandesas salieron a presionar desde el comienzo y en los primeros minutos acechaban a Argentina, siendo más agresivas y controlando el circuito de bocha. Fue luego de trascurridos los primeros 8 minutos que las dirigidas por el Chapa Retegui se supieron acomodar y borrar cualquier resquicio de nervios, equilibrando el juego. Así, con el trámite parejo fue que se pasó la primera mitad sin sacarse diferencias en el marcador (en esto fue fundamental la actuación de la enorme Florencia Mutio, que en el minuto 35 atajó una arrastrada de Martjee Paumen).
En el complemento Holanda abrió el marcador rápidamente, a través del palo de Dirkse (9`) en un rebote de un corto. Aún no estaba todo dicho, quedaba mucho tiempo para revertir esta historia. Pero 6 minutos más tarde, Paumen, con una arrastrada letal al ángulo estamparía el 2 a 0 final. El golpe fue duro, sin dudas. Aunque, sin bajar los brazos Las Leonas dieron lucha y buscaron el empate hasta el final. Siempre de pie y con la frente en alto, como tienen acostumbrado a todo su público. Pero en este partido Holanda fue superior, sí, y se convirtió en el merecido campeón.
FOTO: CAH