Ellas, Las Leonas, no paran de brindar alegría. Su juego, su incondicional entrega, su sacrificio dentro de la cancha son, otra vez, los artífices de las sonrisas en los rostros de todos los argentinos. Una vez más se brindaron por completo a sus seguidores; una vez más hicieron estallar las gargantas al unísono; una vez más se subieron a lo más alto del podio. En esta oportunidad, el Cuatro Naciones quedó en casa y se vio que Rosario les sigue sentando bien. Eso sí, el triunfo ante Estados Unidos no fue tan sencillo. Hasta podría decirse que se sufrió un poco. Pero las finales se juegan, se ganan. Y así lo hicieron las chicas del Chapa Retegui, imponiéndose por un ajustado 3 a 2 en un partido emocionante y caliente.
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No fue el mejor partido de Las Leonas, es cierto. Pero se jugó como se debía hacerlo, como se juega una final: con el alma en la mano y con la cabeza fría. Pero con el corazón bien caliente.
Lejos de achicarse, en los primeros minutos las norteamericanas no salieron a esperar, no se tiraron atrás y fueron a presionar en el campo rival, complicando a Las Leonas. Tanto así que a los 7 minutos la visita se puso en ventaja a través de una arrastrada de Claire Laubach en un corner corto. Fue un golpe duro, una sorpresa. Pero fue ante la adversidad que las argentinas se fortalecieron y lograron emparejar el juego. Recién a los 17 Noel Barrionuevo, con su arma letal, logró calmar las ansias de todos y puso la paridad en el tanteador. Y trece minutos después sería ella quien haría sonar la tabla estruenduosamente para que Argentina se fuera al entretiempo con una victoria parcial.
Los condimentos sobraron en este partido. Las cosas se pusieron picantes en el complemento: hubo discusiones y jugadas fuertes, obteniendo como resultado algunas tarjetas amarillas y verdes para jugadoras de ambos equipos. Como consecuencia de ello, durante largos minutos de la segunda mitad, el partido entró en un impasse.
Y si bien Las Leonas contaron con la posibilidad de ampliar el marcador a través de un par de cortos, esto recién se logró a los 27 de la mano de Carla Rebecchi, quien se introdujo en el semicírculo y ejecutó un tremendo remate cruzado.
Pero para poder finalmente festejar, primero hubo que sufrir un poco. Cuando todo parecía dominado, a sólo 3 minutos del pitazo final, Kathleen O’donnell estampó el 3 a 2 para Estados Unidos. Y faltando sólo treinta segundos Kayla Bashore tuvo el empate al alcance de sus manos, pero la bocha se fue apenas afuera. Fue sólo un susto. Sonó la chicharra y Las Leonas volvieron a festejar un título en el estadio en que hace cinco meses atrás el mundo entero las vio campeonas.
1 a 1 – Noel Barrionuevo
2 a 1 – Noel Barrionuevo
3 a 1 – Carla Rebecchi