¡Y el gol le llegó en la final!

No modificó su juego ni su forma de tratar a la bocha. La seguía acariciando, moviéndola de un lado a otro, ocultándola de los palos rivales y cediéndola a sus compañeras de equipo para que la empujaran contra la tabla. A pesar de que Carla Rebecchi en el Cuatro Naciones rosarino no conseguía saciar ese hambre de gol característico de toda delantera, no se mostró impaciente ni bajó los brazos. Continuó trabajando, lo siguió buscando. Y por fin, nada más y nada menos que en la final, le llegó su momento tan preciado.

El gol de Carla

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