Holanda y su costumbre de ser finalista

Holanda, siempre Holanda. No hay caso. No hay con qué darle. Podrá jugar bien, mal o regular, poco importa cuando en juego está alcanzar el podio. Cuando el tema es a cara o cruz. Ahí, el conjunto Naranja saca chapa. Se agranda. Tira toda su historia a la cancha. Entonces, gana. Avanza. Con algo de susto, de suspenso, sin jugar un hockey de alto vuelo, pero pasa, que es lo que a cabo más importa. Inglaterra hoy lo puso en aprietos, es cierto. Forzó los penales. Poco le importó a Holanda. Allí, fue más contundente que su rival. Y festejó. Como de costumbre. Como lo marca su exitosa y rica historia. Esta será su novena final en Mundiales…
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Es verdad, sufrió más de lo que se esperaba Holanda para meterse en la final. Mucho tuvo que ver que no fue la Holanda de siempre, esa que apabulló a los rivales en primera ronda. No hay dudas. Aunque también hay que decir que Inglaterra le planteó un partido más que incómodo. Le cedió el terreno y la bocha, le entregó el protagonismo del juego, aunque le cerró todos y cada uno de los espacios. Hizo de su defensa su principal arma. Vaya si le dio resultado. Y como si fuera poco contó con una inspiradísima Storry, quien tapó todo lo que le tiraron.
Más redondo imposible para Inglaterra. ¿Más? Sí, hubo más. Porque tuvo hasta la dicha de convertir en la segunda jugada de riesgo que logró generar. Cullen desbordó por derecha, ejecutó un centro rasante y Macleod, bicha y atenta como ninguna, anticipó a todas en el área para poner el 1 a 0. Parecía ser la tarde perfecta para Inglaterra. Sin embargo, como está a la vista, no lo fue. ¿Por qué? Simple. Holanda sacó a relucir toda su jerarquía cuando los papeles se le quemaban. Seis minutos más tarde, Paumen, cuando no, sacó un violento derecho tras un corner corto, Shopman desvió la trayectoria de la bocha y estampó el empate.
Llegó el final del juego y el tiempo extra. Ninguno equipo logró romper la paridad. A los penales, entonces, nomás. Y allí, Holanda no perdonó. Con dos excelentes atajadas, Sombroek fue quien esta vez se calzó la pilcha de héroe. Lammers hizo lo suyo en el último penal y así todo llegó a su fin. Con final feliz para Holanda, cuando no.

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