Día 5: Misceláneas

Sí, señores, aunque la lluvia era incesante había equipo. No dentro de la cancha sino fuera de ella. Valientes fueron aquellos grupos de personas (la mayoría eran conjuntos de chicas) que desde temprano decidieron desperdigarse y atrincherarse en las tribunas bajo sus pilotines y paraguas.
No eran miles, claro está, pero eso no resta validez a su coraje, sobre todo si se tiene en cuenta que aún faltaban cinco horas para el partido más esperado. Ni el frío ni la lluvia los iban a convencer de desaprovechar su entrada a aquellos que se habían venido desde lejos a ver a Las Leonas (las banderas de San Jorge, Bombal, Córdoba, Catamarca, entre otras, se desplegaron con gusto para marcar presencia).
Del otro lado, reinaba la incertidumbre sobre qué pasaría con los partidos. Pero en un momento China y Sudáfrica salieron a la cancha “¿Se juega?”, se preguntaron todos. Fue solo un amague, las jugadoras simplemente se acercaron hasta el banco de suplentes a buscar sus bolsos. Y mientras, la voz del estadio le anunciaba a los presentes que el primer partido ya estaba suspendido. Aprovechando la ocasión, los periodistas se guardaron en las salas de prensa. Clima distendido el de la quinta jornada.
Ante el anuncio, aquellos grupos de hinchas se dividieron en dos. Unos se fueron a la zona de stands: tomarse algo calentito, resguardarse un rato de la lluvia y participar de los juegos que se proponen ahí eran buenas opciones. Los otros se quedaron alentando en sus lugares en las gradas. Porque sí, aunque no hubiera un partido para ver, y quizás Las Leonas no jugarían, los cánticos se hicieron escuchar.
Para las 18 estaba todo decidido. Jornada completamente suspendida. Aún así se escuchaba de fondo: “No nos vamos naaaada…” y el habitual: “Vamooos, vamooos, Argentina”. El entusiasmo era evidente. Esperemos que la lluvia se apiade, así mañana estas chicas pueden ver el partido que tanto esperan.

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