Con garra Leona

Se dio algo muy extraño. Mirar para las tribunas entusiasmaba a cualquiera y por otro lado los que las llenaban se emocionaban por lo que veían dentro de la cancha. Un lazo muy especial, de ida y vuelta. El aliento era constante y cuánto más difícil se le hacía asegurar el triunfo a Las Leonas, mayor era el apoyo. Por eso, como ocurre siempre que el marcador es ajustado, los festejos dentro y fuera del campo de juego se hicieron escuchar más fuerte. Sonó el silbato final, se confirmaba el 1 a 0 frente a Corea y las gargantas estallaron al unísono. Las palmas de las manos se enrojecieron.
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El característico hoyito inicial de las jugadoras y el habitual grito “Argentina, carajo” marcaba el comienzo de la primera mitad. Y para este segundo paso mundialista, Retegui presentó un equipo más adelantado en la cancha, con tres en el fondo, un doble cinco, Lucha Aymar como enganche y dos delanteras. La idea era que la mejor jugadora del mundo tuviera un menor desgaste y que no debiera recorrer tantos metros hasta llegar al área contraria.
Lo que vendría sería un choque en el que prevalecería el desgaste físico, en el que el denominado juego sin bocha sería primordial. Ya en el primer minuto, entre Sole García y Carla Rebecchi se encargaron de poner en vilo a la arquera coreana. Las Leonas encontraron varias vías para acercarse a la zona de ataque, pero no hallaron la manera de cerrar sus jugadas. Quizás faltó ajustar algunos pases y “estar más finas”, como diría Charito Luchetti una vez terminado el partido. Aunque así también, a los 21, de no ser por una excelente intervención de la arquera argentina Belén Succi, las asiáticas podrían haberse puesto en ventaja a través de un corner corto.
Cerca de los últimos minutos, Lucha decidió retrasarse un poco e ir a buscar la bocha. Como de costumbre, gran parte de las jugadas pasaban por su palo. Y en una de sus grandes intervenciones, en los últimos segundos, llegó un corto para Argentina. Noel Barrionuevo amagó la arrastrada, le devolvieron la bocha a Lucha que se abrió sobre la derecha y, ante la salida desbocada de una defensora coreana, La Maga cayó al piso ¿Penal para Las Leonas? Esa fue la primera sanción arbitral, aunque luego de un pedido de video ref la juez revirtió su decisión. Medida correcta (previamente Aymar había cometido una falta con su cuerpo). Aunque muchos dirán que es cuestión de criterios. En fin, Argentina y Corea llegaban al descanso sin goles.
Mientras dentro del campo se jugaba un partido, fuera de él ocurría un duelo particular. Un grupo de hinchas coreanos imponía un cántico y los fanáticos argentinos lo copiaron y lo amoldaron. El marco era espectacular.
En el complemento fueron las coreanas las que dieron el primer aviso al errarse una de sus delanteras un desvío de revés prácticamente sola frente al arco. Y a los 10 ocurrió la magia: Lucha tomó la bocha unos metros antes de mitad de cancha, despachó con sutileza a tres rivales e ingresó al área abierta sobre la derecha. Pegó cruzado, atajó Moon, dejando un rebote que Rebecchi supo empujar con todas las ganas contra la red. Un 1 a 0 gritado con fervor.
Luego, ambos conjuntos tuvieron sus chances. Lo más peligroso para el local ocurrió a cinco del final. Desde el punto del penal Jong Eun Kim desvió un bochazo frontal y como respuesta se encontró con una increíble atajada de Succi. Por poco no fue el empate coreano.
Ciiiiinco, cuaaatro, treees, doooos, unoooo”, contó regresivamente el público y sonó el pitazo final. Ajustado, sí. Pero lo que importa es que Las Leonas sumaron así su segunda victoria.

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