Día 2: Misceláneas

El sol de la primera jornada no dijo presente en el segundo día del Mundial de Hockey. Aún así, el gris del cielo no le quitó del todo el color a la tarde. Fueron, al principio, solo unos pocos puñados de gente los que se acercaron a ver la goleada de Holanda frente a India. Aunque pasados unos minutos del juego se terminaron congregando alrededor de unas 200 personas, sino más. Bastantes para un día en el que no jugaba el equipo anfitrión y la lluvia y el frío eran cada vez más amenazantes.
[slide]
Lo más particular fue que entre esos grupos se destacaba una pequeña hinchada holandesa, que estalló con ganas en cada uno de los siete goles. Mientras, dentro de la cancha, las jugadoras gritaban y cada una de sus palabras se escuchaban con claridad en cada punto del estadio. Un ambiente más que tranquilo.
En el segundo turno, el ritmo lo puso el sector neocelandés, que fue variando sus cánticos en diversas oportunidades y estampaba repetidamente los pies contra el suelo, en pos de brindarle apoyo a su seleccionado. Y en respuesta a esto se escuchó a un grupo de nenas argentinas que gritaban “Germany, Germany”, con una pronunciación castellanizada.
Más tarde se hizo, más oscuro se puso el cielo. Unos pocos valientes soportaron valerosamente el frío y la llovizna que ya caía y se quedaron a ver el choque entre Australia y Japón. Entre ellos, unos veinte australianos que se encargaron de que la jornada cerrara con la buena onda y el calor que un Mundial merece. Gorros, banderas, pelucas verdes y amarillas, trompetas y hasta castañuelas. Estaban preparados para todo, hasta con pilotines de sus colores, que rápidamente se colocaron cuando la lluvia se intensificó. Y para terminar el día, cuando la victoria australiana comenzó a tomar forma, y con ayuda de un grupito de chicos que estaban a su lado, empezaron a cantar el famoso “Vamos, vamos…”. No les faltó nada.

Articulos relacionados: