Acercarse al predio mundialista causaba emoción, al menos a los aficionados del hockey. Aquellos más fanáticos llegaron temprano y se apostaron en las tribunas. No todos los días se tiene la oportunidad de ver el hockey de elite. Y a medida que la tarde fue avanzando las gradas se fueron poblando.
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Era el momento de China y Corea. Un pequeño grupo de coreanos alzó sus banderas y apoyó a su equipo. Por su parte, los seleccionados entraron al campo de juego con la puntualidad que un evento de esta categoría amerita. Cantaron los himnos, la coreana Kim Jong Eun recibió un reconocimiento por su partido internacional número 100 y las jugadoras se acomodaron en las posiciones iniciales esperando el pitido del árbitro. Pero una particularidad retrasó el comienzo: se habían olvidado de regar la cancha. Un detalle.
Y en algunos sectores de las tribunas se vio lo esperado. En la zona alta de la popular sur, el cuerpo técnico argentino y sus colaboradores trataban de descifrar los secretos de los futuros rivales de Las Leonas. En un sector de la platea, el plantel de India, que tenía el día libre, tampoco se quiso perder la primera jornada del Mundial.
A media tarde, con un poco más de gente en la tribuna, entre ellos algunas ex leonas, llegó el turno de España e Inglaterra. Fue el día de los 100 partidos. En esta oportunidad fue Alex Danson la que recibió el ramo de flores y la plaqueta. “Pueden mover”, se escuchaba que gritaba desde la platea un colaborador del cuerpo técnico español, para evitar que España cayera en un juego de bochazos frontales al área. Todos aportaban desde su lugar.
Cayó la noche, llegaron las siete y media. El momento más esperado. Las Leonas contra Sudáfrica. Ahora sí los puestos de los periodistas se colmaron. Minuto de silencio en memoria de Rosa de Massa, más conocida como Nenona, (miembro de Honor FIH, ex vice – presidente y miembro del Consejo FIH), quien brindó mucho de su tiempo a la promoción del hockey en todo el mundo. Acto seguido, cinco mil hinchas corearon el himno y más tarde reventaron sus gargantas en cinco oportunidades. Una hermosa velada para cerrar una tarde espléndida.