Bienvenidos al Mundial

Acabo de pasar otra vez frente al Monumento a la Bandera. Gente limpiando, levantando los equipos de sonido. Ya no quedaba nada tangible de lo que se acababa de vivir hace instantes. Pero sí permanecía algo especial en la atmósfera. Al pasar lo volví a sentir, se me erizó la piel: el Mundial de Hockey ya empezó.
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Minutos atrás el Patio Cívico del Monumento a la Bandera explotaba. Antes de que los actos empiecen, los roles se intercambiaron por un momento: las delegaciones arengaban al público y nosotros, los que disfrutaremos en un día y chirolas del mejor hockey mundial, respondíamos armando la mejor de las olas. Pero todos bajamos los decibeles cuando los locutores dieron inicio a la inauguración y presentaron a los doce seleccionados. Fue el volumen de nuestras voces lo que bajó, no así las palpitaciones, que se aceleraron al escuchar el himno nacional.
Y la fiesta siguió. Esto recién empezaba. Primero hablaron las autoridades – el intendente Miguel Lifschitz, el gobernador Hermes Binner, el presidente de la Confederación Argentina de Hockey Sergio Marcellini, el vicepresidente de la Federación Internacional Antonio von Ondarza y, al final, una de nuestras Leonas, Ayelén Stepnik – y cada vez que alguno nombraba a Rosario o Argentina el griterío estallaba. Después, se proyectó un video  sobre la misma pared del mástil del Monumento ¡Un verdadero espectáculo de luces y sonidos!
Siguieron los bailes típicos y, para el final, la frutilla del postre. Mientras una lluvia de fuegos artificiales nos mantenía en vilo e iluminaba el cielo, una chica vestida de Leona, con un palo de hockey en su mano, bajó caminando por la pared del mástil del Monumento. El acto se dio por terminado y al unísono se escuchó a todos corear: “Leoooonaaas, leoooonaaas”. Emocionante, vibrante.  Y  así concluyó todo, o mejor dicho empezó. Porque esto recién empieza.


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