No alcanzan las palabras para expresar lo que se vivió esta noche en el estadio mundialista. Los puños en alto de Belén Succi, que arrodillada desde el suelo esperaba al resto de sus compañeras; las lágrimas de emoción, los cantos que bajaban desde las cuatro tribunas, los incansables e incontables aplausos que hicieron arder las manos de la hinchada; Las Leonas, todas ellas, dando una vuelta y cantando, acercándose a cada una de las tribunas para festejar y para agradecer al público todo su apoyo, para compartir junto a los presentes al menos una pizca de la inconmensurable alegría que sentían. Así se vivió – si de alguna forma se puede poner en palabras lo que fue – el triunfo sobre Holanda por penales (2 (2)- 2 (0)) y el pasaje a la ansiada final de mañana.
Este partido tuvo todos los condimentos. Setenta minutos que resultaron en un 2 a 2 arduo, trabajado y emotivo, tiempo complementario con posibilidad de gol de oro y definición por penales australianos. Y todo bien cambiante. Fue un choque que podría haber tenido como ganador a cualquiera de los dos bandos, con jugadoras que resaltaron y con una arquera argentina que se hizo cada vez más grande a medida que el encuentro transcurría.
El comienzo mostraba a Holanda un poco más determinado, con su juego más aceitado, a base de pases, preciso y, por momentos, arrollador. Salía rápido desde el fondo y presionaba bien arriba, sin permitir que Las Leonas salieran de su campo. Tanto así que los primeros 13 minutos tuvieron a las naranjas como protagonistas. Pero, como suele decir el dicho, cuando uno no aprovecha las oportunidades en un arco, luego las sufre en el propio. Quizás cuando menos lo merecían, Las Leonas abrieron el marcador a través de un desvío de Josefina Sruoga a los 13’. No obstante la visita no demoró demasiado en emparejar las cosas. Cuatro minutos más tarde, la goleadora histórica en Trofeos de Campeones, clavó la bocha en el ángulo izquierdo con su letal arrastrada. 1 a 1 y el resultado era más justo. Ya el trámite, para ese entonces, era un poco más parejo.
Casi desde el vestuario, apenas al minuto de iniciado el complemento, Holanda tiró un baldazo de agua fría a la noche. Desborde de Lidewij Welten, que con su habilidad volvió loca a la defensa argentina en casi todo el partido, centro de revés y Carlien Dirkse van den Heuvel no tuvo más que hacer que empujar la bocha y hacer sonar la tabla, anotando el 2 a 1 parcial. Ante la embestida holandesa, Belén Succi, de enormes atajadas en reiteradas ocasiones que impidieron que la ventaja naranja se ampliara, comenzó a mandar a sus compañeras más adelante en el campo. “No retrocedan más. Levanten”, gritaba desde debajo de los tres palos.
Como si fuera poco, no sólo el resultado era adverso, sino que a los 19´ Lucha Aymar recibió una amarilla que la dejó cinco minutos mirando el partido desde el banco. Y fue allí que apareció Carla Rebecchi, para hacerse cargo de la situación y de los avances argentinos. A los 22, Las Leonas consiguieron un corto que terminó en gol de Barrionuevo, pero que, luego de una revisión en video ref, fue bien anulado. Las Leonas debían aguardar para poder hacer estallar las gargantas. Aunque la gente reaccionó, poniéndose de pie y cantando sin parar, haciendo que el equipo fuera con garra a buscar el ansiado empate. Con un pie casi afuera de la final, sin mucho que pensar, el Chapa se la jugó: sacó a Succi del arco y puso a una jugadora más en el campo. Y la decisión le sentó bien. El empate llegó de penal (la infracción al comete Paumen a Merino) a un minuto y medio del final. Impecable, Noe Barrionuevo estampó la bocha contra la tabla. Las Leonas seguían más vivas que nunca y en carrera. Increíble 2 a 2 y la posibilidad de ir al tiempo complementario.
El corazón de los presentes no aguantaba más. Demasiadas emociones para una sola noche. Encima, quien convirtiera primero sería declarado ganador. El tiempo extra pasó como una ráfaga y con iguales chances para ambos equipos. Y llegó la definición por penales, donde Belén Succi se hizo enorme y atajó los cuatro penales tirados por las holandesas; mientras que Rocío Sánchez Moccia y Lucha (que dejó pintada a la arquera) fueron las encargadas de regalarle los dos tantos ganadores a su equipo.
Felicidad inmensa. Una revancha soñada. Y ahora a Las Leonas sólo les queda ir por la final, el último escalón a subir.
Formaciones:
Argentina: Belén Succi; Mariela Scarone, Silvina D´Elía, Noel Barrionuevo; Florencia Habif, Macarena Rodríguez, Rosario Luchetti; Luciana Aymar; Daniela Sruoga, Carla Rebecchi, Delfina Merino. Ingresaron: Martina Cavallero, Roberta Werthein, Rocío Sánchez Moccia, Sofía Maccari, Josefina Sruoga. Entrenador: Carlos Retegui.
Holanda: Joyce Sombroek; Margot Van Geffen, Maartje Paumen ©, Willemijn Bos, Merel De Blaey; Naomi Van As, Maartje Goderine, Carlien Dirkse Van Den Heuvel; Kim Lammers, Marilyn Agliotti, Lidewij Welten. Ingresaron: Kitty Van Male, Kelly Jonker, Sabine Mol, Eav De Goede, Daphne Van Der Velden. Entrenador: Maximiliano Caldas.
Árbitros: Frances Block (GBR) y Hyun Young Kang (KOR)