Es un clásico. Como un Argentina-Brasil, un River-Boca o un Central-Newell´s. Pero en hockey. Un choque entre Argentina y Holanda en sintético, bocha y palos de por medio, tiene la misma rivalidad que cualquier derby del mundo. Pica, es lo que sobra. A tal punto, que las chicas argentinas no tienen prurito alguno en reconocerlo. Se sinceran y cuentan que contra Holanda hay una «rivalidad de toda la vida» y que tal es el encono que entre ellas muchas veces ni «se saludan».
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«Hay un poco de pica, es una rivalidad lógica. Somos los dos mejores equipos del mundo en este momento. Así como hay equipos que tenés buena onda, adentro de la cancha con Holanda hay rivalidad y pica. Yo personalmente no tengo afinidad con ellas. No me nace ni saludarlas», dice con franqueza Rosario Luchetti.
Soledad García, quien además juega desde hace unos años en Holanda, también se prende en el juego y dice los suyo. «No sé si pica, es una rivalidad de años que tenemos con ellas. Que otras selecciones nos pidan por favor que les ganemos, por algo es. Igual, me encanta jugar contra ellas. Yo las conozco y ellas me conocen. No me quita confianza para nada, todo lo contrario me hace sentir un poco más fuerte.», lanza como quien no quiere la cosa.
El clima se distiende aún más en la conferencia de prensa y las dos Leonas narran cómo están viviendo esto de jugar otra final del mundo. «Yo estoy disfrutando a pleno este momento. Ayer nos costó dormir, se festejó mucho el triunfo. Pero ahora sí ya tenemos que pensar en Holanda, en la final», afirma Luchetti. «Todavía nos cuesta caer, ya estamos en la final, es increíble. No podemos creer estar otra vez en una final del mundo. Todavía no me puse a imaginar la final, estoy disfrutando lo de ayer, que fue algo soñado», agrega García.
Para la delantera cordobesa, Holanda tiene algunos «puntos débiles» que hay que saber aprovechar. «Ellas tienen puntos débiles importantes. Si le cerramos los espacios y si defensivamente jugamos como lo estamos haciendo, podemos hacer la diferencia dentro de la cancha. Cuando tenemos pelota, espacio y atacamos no nos para nadie. De igual modo, va a ser un partido a matar o morir».
Por último, Luchetti confiesa que sería «hermoso» darle una «alegría a la gente» ganando el Mundial. «No pudo ser con el básquet, tampoco con el fútbol por lo que puede ser que tengamos un poco de presión de darle un campeonato a todo la gente que nos está siguiendo. Ojalá se nos pueda dar».