Era el partido más difícil de la zona, contra un rival de trascendencia y que está haciendo un muy buen mundial. Si bien las 2 selecciones ya estaban clasificadas lo que había en juego no era poca cosa. Terminar primeras, evitar a Holanda. Y no es que les tengamos miedo a las holandesas, pero creo que a todos nos gustaría enfrentarlas en la final.
La gente, como siempre, colmó las tribunas y le dio color a un partido que hubo que trabajar mucho y Las Leonas no defraudaron. Ante las 12 mil personas que se acercaron a alentarlas mostraron la garra que las caracteriza, la ambición, las ganas de ganar.
Lucha y Sole pusieron el desequilibrio, obligaron a las inglesas a la acumulación de faltas, a cedernos cortos. Las encargadas de sacudir la red, en esta ocasión, fueron otras. Una, que ya nos tiene (mal)acostumbrados. La impresionante Noel Barrionuevo que todos los partidos confirma que su arrastrada sólo puede compararse con la de Paumen (aunque para mi la de Noe es mejor). La otra, Sruoga con un golazo que a las delanteras nos llena de orgullo. No sólo por la extraordinaria definición de revés, sino porque la jugada la produjo entera ella: recuperó la bocha, armó la jugada y definió de manera soberbia.
Frente al rival que más frente les hizo, las chicas demostraron que quieren que este campeonato sea de ellas. Se les ve en el rosto cuando cantan el himno, cuando reclaman las faltas, cuando gritan los goles.
Vamos por las semis. Pero queremos más.