El espectáculo de ayer fue, hasta ahora, el más emocionante de este mundial. El estadio estaba repleto. Las tribunas estaban vestidas de celeceste y blanco y la gente no paraba de alentar. Todos a la espera de un partido que prometía mucho, por los equipos que se enfrentaban (a pesar de que China no venía haciendo un gran mundial), pero, por sobre todo, por lo que había en juego: nuestra clasificación a semis.
Las chinas no nos hicieron las cosas fáciles. Ya sabemos, desde hace años, que son una de las potencias del hockey mundial. Si bien se nota el recambio por el que está pasando su equipo y que no han vuelto a alcanzar el nivel que tenían en Beijing, su constancia en el trabajo y la marca dieron como resultado un partido muy parejo en el que a pesar de la gran cantidad de cortos y oportunidades, no lográbamos concretar. Las asiáticas se defendían con uñas y dientes.
Tuvimos que irnos al vestuario a repensar estrategias para ver como abrir ese arco. Y más que abrir el arco, lo rompimos. ¡Qué arrastrada tiene Noe! Para mí, sin lugar a dudas, la mejor arrastrada del mundo. El terrible bochazo de Barrionuevo nos dio un poco más de tranquilidad y desde ahí en adelante Las Leonas empezaron a trabajar el partido con más paciencia.
Párrafo aparte, como siempre, para Lucha. La golpearon. La trabaron. La siguieron y la persiguieron. La volvieron a golpear. Por eso lo de Luciana emociona hasta a los que no les gusta el hockey. Toda la razón tiene Retegui cuando lo describe como un gol Maradoniano. Porque a las que sí nos gusta, a las que lo vivimos con toda la pasión, a las que lo disfrutamos, el gol de Lucha, nos hizo escapar más de una lágrima.
2 goles propios de la elite del hockey mundial. 2 goles que nos dejan ya, entre las mejores 4 selecciones del mundo. 2 goles que hicieron explotar a un estadio e ilusionan a un país entero.
¡Vamos Argentina!¡Cuánta garra!